Cantabria

Enclavada entre el mar y las montañas, Cantabria es una región verde del norte de España donde el hombre realizó las primeras obras de arte de la historia.

Para unas vacaciones de playa y montaña, Cantabria es un destino de ensueño. Esta franja de tierra encajonada entre el océano y las montañas de la Cordillera Cantábrica permite combinar en un mismo viaje días de ocio en hermosas playas de arena blanca bordeadas por bajos acantilados y días más activos explorando el paisaje montañoso del interior.

La región está atravesada por el Camino del Norte, una variante menos conocida y visitada del famoso Camino de Santiago que serpentea casi en su totalidad por la costa. Recorrerla a pie es una experiencia única, pero Cantabria también ofrece emociones mágicas a quienes deciden recorrerla en coche.

Además de playas perfectas para el surf, impresionantes rutas de senderismo y una animada capital con numerosos bares, tiendas y locales de ocio nocturno, Cantabria también cuenta con tesoros milenarios y obras maestras de la arquitectura moderna.

Es una región sin complejos, donde se puede alternar entre cenas de marisco y vigorizantes platos alpinos, pasear durante kilómetros sin encontrarse con nadie o disfrutar de una despreocupada vida nocturna. Y además es bastante barato: ¿por qué no aprovecharlo?

Dónde está la región de Cantabria

La comunidad autónoma de Cantabria está situada en la parte central del norte de España. Limita con las regiones españolas del País Vasco al este, Castilla y León al sur y Asturias al oeste, mientras que la parte norte está bañada en su totalidad por el mar Cantábrico. Aunque es una región pequeña, cuenta con dos parques nacionales y cinco parques naturales.

El clima es oceánico, con temperaturas mitigadas por el mar que nunca son demasiado frías ni demasiado calientes.

Qué ver en Cantabria

Santander

Recostada sobre una encantadora bahía, Santander fue el destino de vacaciones de nobles y burgueses adinerados en el siglo XIX. Hay pocas pruebas de esa época dorada, debido a un terremoto que destruyó casi por completo la ciudad en 1941, pero los pocos edificios señoriales que han permanecido intactos dan a la ciudad un encanto decadente.

Santander sigue siendo una estación balnearia muy popular, frecuentada ya no por la aristocracia, sino por jóvenes surfistas a la caza de la ola perfecta y familias que quieren playas con excelentes instalaciones.

La playa más famosa de Santander es la del Sardinero; otras playas que no hay que perderse son la de Mataleñas, la del Puntal y la del Somo.

Laredo

Soleado y ventoso, Laredo es uno de los centros turísticos de playa más populares del norte de España, gracias a su atracción más famosa: la magnífica playa de arena de 5 km de longitud.

Merece la pena detenerse después de relajarse bajo el sol para explorar las románticas callejuelas del casco antiguo, que casi parecen saltar al mar desde las laderas de la colina de La Atalaya. Y de paso, ¿por qué no pasar la noche? Los pequeños restaurantes y bares del casco antiguo le tentarán con sus sabrosas especialidades de pescado, cerveza fresca y un ambiente animado al que es imposible decir que no.

Parque Nacional de los Picos de Europa

Si prefiere el verde de las montañas a las soleadas playas, el Parque Nacional de los Picos de Europa es su lugar. Es el primer parque nacional que se creó en España y su territorio incluye los tres macizos calcáreos que forman la escarpada cordillera de los Picos de Europa.

Con picos que superan los 2.500 metros, el parque es un verdadero paraíso para los excursionistas y escaladores, pero también lo pueden disfrutar fácilmente quienes no están interesados en las aventuras deportivas: gracias al Teleférico de Fuente Dé se puede llegar a un hermoso mirador a 1.800 metros de altura sin ningún esfuerzo.

A pesar de la sorprendente cercanía al mar (sólo 15 km en línea recta), el paisaje es típicamente alpino, con lagos de gran altitud, escarpadas gargantas excavadas por el río, pastos de vacas.

Cuevas de Altamira

Las cuevas de Altamira custodian desde hace miles de años el tesoro artístico de la prehistoria: una serie de pinturas rupestres que datan de hace entre 13.000 y 35.000 años y que representan bisontes, jabalíes, caballos, ciervos y otros animales pintados en color ocre rojizo con un borde negro, consideradas la primera obra de arte de la humanidad.

Descubiertas a finales del siglo XIX, las cuevas de Altamira con su maravilloso arte primitivo se han convertido en una atracción turística muy popular. Lamentablemente, para preservar las preciosas pinturas, las cuevas sólo están abiertas a los visitantes un día a la semana, con entrada por sorteo: los que no ganen el boleto afortunado pueden admirar una reproducción fiel en el Museo de Altamira, que se encuentra justo al lado de las cuevas.

Comillas

La ciudad de Comillas es una joya arquitectónica enclavada en un paisaje costero de gran belleza. El centro es un derroche de magníficos edificios de diferentes épocas históricas, pero las principales atracciones de la ciudad son dos caprichosos palacios modernistas.

El Capricho es un extraño edificio con torretas cubierto de azulejos de cerámica que lo hacen parecer una gigantesca construcción de Lego: es fácil reconocer la imaginación y la originalidad de Antonio Gaudí, el genial arquitecto que dio forma a la imagen de la Barcelona modernista.

El Palacio de Sobrellano es una maravilla neogótica situada en una verde ladera, obra de otro gran arquitecto modernista, Joan Martorell.