Bañada por aguas cristalinas y rodeada por un bosque de pinos, la pequeña playa de Cala Salada es una de las favoritas de los habitantes de Ibiza.
Rodeada de bosques de pinos, Cala Salada es una playa de arena gruesa muy pintoresca, bañada por aguas cristalinas y tranquilas y abrazada por losas de piedra tostadas por el sol. Es muy apreciada por los habitantes de Ibiza y por los propietarios de embarcaciones; en el lado izquierdo de la bahía un promontorio rocoso la separa de la adyacente playa de arena de Cala Saladita, a la que se puede llegar a pie siguiendo un sugerente sendero.
La playa es muy pequeña -sólo tiene 80 metros de largo y menos de veinte de ancho- y en los meses de verano puede estar abarrotada, ya que los turistas aprovechan las rocas de los lados de la playa para encontrar un rincón donde poner la toalla. Las aguas son tranquilas y claras, ideales para nadar o bucear. No hace falta que lleves tu propia comida: el restaurante de la playa sirve una excelente paella y es muy popular entre los isleños.
Cómo llegar a Cala Salada
Cala Salada está a 15 minutos en coche de San Antonio y a 30 minutos de Eivissa; también se puede llegar en taxi acuático.