Monasterio de las Descalzas Reales

Las Descalzas Reales es un monasterio de monjas de clausura y alberga importantes obras de arte, la mayoría de las cuales pueden ser visitadas por el público.

En un itinerario por los lugares de reyes y nobles de Madrid no puede faltar el Monasterio de las Descalzas Reales, un tesoro escondido tras una austera fachada plateresca en el corazón turístico de Madrid. Al pasar por delante del palacio es difícil imaginar la riqueza de lo que se esconde en su interior, un patrimonio de pinturas, tapices e imágenes sagradas de inestimable valor.

Este palacio fue originalmente el hogar de los reyes Carlos I e Isabel de Aviz y el lugar de nacimiento de su hija Juana, que más tarde convertiría el palacio en un convento y nunca lo abandonaría: su cuerpo está enterrado dentro del monasterio, en una capilla decorada con una escultura funeraria del artista Pompeo Leoni.

¿Pero quiénes son las Descalzas Reales? Fueron un grupo de mujeres de la nobleza del siglo XVII que eligieron retirarse a este convento, siguiendo el ejemplo de Doña Juana, trayendo consigo una rica colección de posesiones que hoy nos permiten admirar muchas obras de arte. Entre los nobles huéspedes de este monasterio estaban Juana de Habsburgo y su hermana María, que murió aquí en 1603.

Visita al Monasterio de las Descalzas Reales

Sólo es posible visitar el Monasterio de las Descalzas Reales en una visita guiada, que de momento sólo está disponible en español, pero merece la pena pagar la entrada porque son muchas las maravillas que esperan al visitante en el Monasterio de las Descalzas Reales.

Ya en la entrada te sorprenderá la magnífica escalera renacentista que conduce al claustro superior: mira hacia arriba para admirar la bóveda pintada al fresco por Claudio Coello, un importante artista español del siglo XVII que también trabajó en las decoraciones del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial.

Durante la visita podrá entrar en muchas de las 33 capillas del interior del monasterio, cuyo número total es quizás una referencia a la edad en la que murió Cristo. El interior del edificio fue reformado en el siglo XVIII, pero la parte claustral conserva la estructura y muchos elementos decorativos del edificio plateresco original.

Lo más destacado del patrimonio artístico del monasterio es una extraordinaria colección de tapices tejidos en Bruselas en el siglo XVII según diseños de Rubens, de tal calidad que cuatro artesanos tardaban un año en producir un solo metro cuadrado de tapiz. Los tapices fueron encargados para el monasterio por la infanta Isabel Clara Eugenia, gobernadora de los Países Bajos e hija de Felipe II.