Catedral de la Almudena

Dedicada a la patrona de Madrid, la Catedral de la Almudena es una iglesia con una historia corta pero agitada. Merece la pena visitarlo.

Abierta al público desde hace sólo veinte años, la Catedral de la Almudena es el principal templo de la Archidiócesis de Madrid y una de las iglesias más visitadas de la ciudad.

A pesar de ser tan reciente su inauguración oficial, la historia de la Catedral de Santa María la Real de la Almudena -este es su nombre completo- se remonta a más de un siglo. De hecho, pasaron más de 100 años desde la colocación de la primera piedra hasta su finalización, y el primer plan para la construcción de una catedral en Madrid data de 1518.

El resultado de los diferentes proyectos que se sucedieron en la construcción de la iglesia, de los replanteamientos y de las modificaciones en el transcurso de su construcción, es una curiosa mezcla de estilos arquitectónicos que divide a los visitantes en dos categorías: a unos les parece magnífica, a otros de mal gusto.

La opinión unánime, sin embargo, es que la Catedral de Madrid merece ser visitada por su singularidad y por la fama que, con razón o sin ella, se ha ganado.

Qué ver en la Catedral de la Almudena

El exterior de la Catedral de la Almudena, de inspiración neoclásica, se integra perfectamente en el esplendor de los edificios que la rodean, en primer lugar el suntuoso Palacio Real.

Esto no prepara a los turistas para el estilo neogótico más sobrio del interior, con numerosos detalles contemporáneos que delatan la reciente construcción de la iglesia. Algunos visitantes se quejan de la falta de una larga tradición, que uno esperaría encontrar en otras famosas catedrales europeas; otros encuentran las pinturas de las vidrieras del ábside de dudoso gusto estético.

Interesante es el Museo Catedralicio concebido como un recorrido por la vida eclesiástica a través de los siete sacramentos. En su interior se encuentran las estatuas de Nuestra Señora de la Almudena y de San Isidro Labrador. La cripta neorrománica, terminada en 1911, también merece una visita.

Se puede subir a lo alto de la catedral para disfrutar de una vista panorámica de Madrid, y al salir de la catedral, doblar la esquina por la calle Mayor y a poca distancia se pueden admirar los restos de la primera iglesia de la capital española, construida a su vez sobre los restos de una mezquita anterior.

La compleja historia de la Catedral

Sería demasiado largo describir con detalle la historia de la Catedral de la Almudena: han sido muchos los contratiempos a lo largo de los siglos que han frenado la construcción del templo, y las fuentes están divididas a la hora de trazar la evolución histórica de este edificio.

Una fecha cierta es 1883, año en el que se colocó la primera piedra, pero ya dos años después el proyecto de la iglesia se modificó para convertirse en uno más ambicioso. Tal vez demasiado: las donaciones recibidas para la construcción de la iglesia resultaron insuficientes y las obras se prolongaron durante años sin concluirse.

La situación se complicó aún más con el estallido de la guerra civil y las obras no se reanudaron de forma decisiva hasta 1950, con numerosos cambios en el proyecto original para adaptarse a las normas estéticas que habían cambiado entretanto.

La Catedral de la Almudena fue inaugurada oficialmente el 15 de junio de 1993 por el Papa Juan Pablo II durante su cuarto viaje a España.

Fue un acontecimiento excepcional: por primera vez en la historia el Papa viajó expresamente para consagrar una iglesia fuera de Roma. Ciertamente, se puede decir que la Catedral de Madrid, como Roma, no se construyó en un día.